miércoles, 26 de octubre de 2011

Articulo de diario "El Diario de Madryn" 25/10/2011- Investigan el aporte sociocultural de la comunidad boliviana en la región

A CARGO DE DOCENTES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES DE TRELEW

Un grupo de investigadoras de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la sede Trelew de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco se encuentra desarrollando investigaciones en torno a la migración boliviana, tanto en espacios rurales como urbanos. Aseguran que se observan determinadas características culturales que son replicadas en todos los lugares del país donde se asientan dichas comunidades, destacándose el sentido de unión y solidaridad que existe entre tales migrantes.
En este sentido, El Diario dialogó con las investigadoras Marisa Owen y Judith Hughes, quienes están dirigidas en la investigación por la doctora Susana Sassone. Las investigadoras resaltaron que las características y perfiles de los migrantes son distintas de acuerdo a su localización urbano o rural: “En el valle se dedican más que nada a la horticultura, tienen sus técnicas tradiciones y han incorporado ahora invernaderos e innovaciones; esto les permite obtener una producción durante todo el año. La producción casi llega hasta la puerta de la vivienda”, aseguró Owen, mientras que las migrantes urbanas de Puerto Madryn se dedican principalmente al trabajo en pesqueras como fileteadotas y los hombres se dedican a la construcción y el transporte de pasajeros.

Acerca de la investigación

Desde el año 2001 aproximadamente que se encuentran desarrollando trabajos de investigación sobre la comunidad boliviana, inicialmente fue en el Valle Inferior del Río Chubut, concretamente en los ejidos de Gaiman y Trelew hasta el 2005. En este momento se encuentran abocadas al estudio en Trelew, en Madryn y han incorporado a la ciudad de Rawson en el nuevo proyecto, también el estudio de chilenos, es un proyecto más amplio.
“Hemos estado abordando el tema de las celebraciones de la devoción católica de los migrantes bolivianos, son dos celebraciones que realizan, que es la Virgen de Copacabana y Nuestra Señora de Urkupiña; también hemos estado estudiando las características de un barrio de migrantes, cómo se replican las características tanto en un barrio de Buenos Aires como en Puerto Madryn, a partir de los elementos típicos de la comunidad, cuando migran lo hacen con sus rasgos culturales, sus comidas, todo. El fin de semana anterior fue el Encuentro Multicultural en Puerto Madryn y ahí estaban todas las colectividades con sus comidas típicas, su vestimenta. Lo que se observa es que ocurre exactamente lo mismo que con cualquier otra colectividad, los migrantes bolivianos son migrantes que buscan su lugar con fines económicos, han hecho una migración por etapas, primero lo han hecho a la Argentina, por Salta, Jujuy, Córdoba, Buenos Aires, desde la década del ’70 con la construcción de Aluar se inicia la migración de bolivianos, y en la actualidad se observa también que hay una migración directa desde Bolivia a la Argentina. En este cambio que ha habido con el desarrollo de las tecnologías y demás, se observa que hay una migración desde el enfoque de la trasnacionalidad, son migrantes que viven los dos espacios simultáneamente, tienen propiedades en Bolivia y en Puerto Madryn o en Argentina, muchos de ellos tienen hijos argentinos, ya van por la tercera e incluso cuarta generación”, indicó Hughes.

Unión y asociaciones

Otro de los aspectos destacados por las investigadoras, está ligado a las asociaciones que conforman, señalando que están asociados desde el inicio y atravesado distintas etapas, primero por una comisión, una organización y ahora una asociación que es el Centro de Residentas Wiñay, que es la entidad que les permite estar vinculados con el cónsul de Bolivia, a partir de este Centro de Residentes Bolivianos ellos logran organizarse.
“El barrio El Porvenir de Puerto Madryn se inicia con migrantes bolivianos que llegan en la década del ’70 y se alojan primero en el Barrio La Loma y desde ese asentamiento se van a estos terrenos a partir de un loteo que hace la Municipalidad. Tienen rasgos típicos de su comunidad, como los callejones y pasillos que hay en el barrio, el tipo de construcción, los nombres de los negocios, las viviendas en altura, y las festividades que las realizan en el mismo barrio. Cada celebración de las vírgenes va acompañada con una feria con comidas típicas y danzas. En el valle la primera migración es en el ’85, es relativamente nueva pero muy visible. Lo que observamos es que es una migración que ha ido creciendo en la ciudad de Puerto Madryn, no es el único barrio también está el Pujol que tiene un importante número, igual que el barrio Guemes, y otras cuadras que tenemos identificadas pero que no hemos estudiado todavía. En el caso de las mujeres muchas de ellas trabajan en el sector pesquero, son fileteadotas en tierra, y los hombres están ocupados en construcción, remiserías y servicios de transporte.  En el valle la mujer trabaja a la par del hombre, tienen una concepción diferente de trabajo, donde participan todos en la familia, incluyendo a los niños, todos están involucrados en el trabajo hortícola pero a su vez los niños concurren a la escuela”, aseguraron.

Características típicas

La metodología de investigación utilizada por las profesionales es cuanti y cualitativa, con datos censales y entrevistas personales y en profundidad, tanto a bolivianos, informantes claves, miembros de la colectividad, miembros del Centro de Residentes, las mujeres bolivianas que participan de las celebraciones, a presidentes actuales y anteriores de los Centros de Residentes.
“Es distinto el migrante rural al urbano, en el valle son migrantes rurales y son campesinos, vienen para trabajar la tierra especialmente en horticultura. En el caso de Madryn son migrantes urbanos. Se observa un crecimiento de los procesos migratorios en el Valle, y en la ciudad de Puerto Madryn hay un hecho económico que hace que esa migración se incremente y es la ampliación de Aluar. Existe una colaboración muy grande entre ellos, participan en la necesidad del otro, se prestan herramientas en el Valle, en la ciudad se juntan todos los domingos; esto se repite en todas las partes donde hay bolivianos. Una de las cosas que estuvimos observando fue la escolarización de sus hijos, las escuelas rurales del Valle tienen un incremento del alumnado con bolivianos, y las escuelas de los barrios de Puerto Madryn donde han ido asentándose también tienen un porcentaje muy elevado, con una problemática especial porque los niños y padres hablan quechua”. 

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