DIPUTADOS Y AUTORIDADES DE LA CAMARA PARTICIPARON EN UNA MANIFESTACION INTERNA / Hacía tiempo que en la Legislatura no se vivía una jornada tan agitada como la de ayer a la mañana, pero esta vez el motivo no fueron las discusiones de los diputados en el recinto ni los cantos de las barras, sino la interna dentro del mismo Poder Legislativo, donde se desató un escándalo de dimensiones que enfrenta a buena parte de los empleados con sus representantes gremiales.
El origen del conflicto se dio cuando los trabajadores que ingresaron por el voto de los diputados en los últimos meses a la planta permanente, se enteraron de que el sindicato Apel cuestionó ante la Justicia el modo de ingreso, que no respetó la categoría más baja ni el llamado a concurso, y basándose en un fallo anterior, dejó en suspenso todas las designaciones recientes.
Esta situación viene generando una ebullición en la gente que tal como había anticipado EL CHUBUT, estalló en la mañana de ayer, cuando el grueso de los empleados se agolpó frente a una oficina donde estaba reunida la dirigencia del gremio y se generó un enfrentamiento verbal cargado en algunos casos de insultos, de apretones, de discusiones muy elevadas, que de casualidad no pasaron a mayores.
El conflicto, que se prolongó durante dos horas, tuvo la particularidad de que incluyó como protagonistas no sólo a empleados, sino a algunos diputados que discutieron con los gremialistas defendiendo al personal, e incluso -estando ausente el vicegobernador Mario Vargas- participaron además del escándalo autoridades de la casa, como el secretario habilitado Guillermo Martocchia, y la secretaria legislativa Paula Mingo, en una situación que, según recordaban antiguos empleados, no registraba antecedentes en la historia de la Cámara.
LA DISCUSION
En medio de la batahola, fue el secretario de Apel, Angel Sierra, quien dio la cara mientras el resto de la conducción se mantenía encerrada. Eran 50 contra dos o tres que defendían al gremio, y entre ellos, uno de los más castigados, fue el ex diputado Mario Negrette, quien ahora reviste un cargo en la planta, y a quien le gritaron: «¡Caradura!, vos pasaste de diputado a empleado, no seas caradura, entraste por la ventana como todos».
Mientras Sierra intentaba explicar que se recurrió a la Justicia «porque las autoridades de la casa no cumplieron con las condiciones que marca el estatuto para el ingreso. No entraron por la categoría más baja», dijo Martocchia, quien se refirió al pacto con el gremio y gritó: «¡Eso no es lo que hablamos!, que hablen los que estaban, eso lo hablamos arriba con el doctor Karamarko, como la designación de Negrette, que la cerramos con Irene Vega».
Luego explicó, mirando a Irene Vega, secretaria adjunta del gremio y también ex diputada: «No vamos a ir contra esta resolución porque es un pacto y nosotros cumplimos con la palabra», a lo que la dirigente le respondió a Martocchia: «Vos sos integrante de la patronal y no podés hacer lo que estás haciendo, es conducta desleal, esto se termina acá».
Luego de esta intervención, a Vega le llovieron gritos e insultos de los empleados, que en algunos casos le recordaban que usurpó una casa oficial durante 8 años y hubo que sacarla por la fuerza. Las discusiones se prolongaron dos horas más, hasta que los diputados presentes, Arzán, Ripa, Díaz, Néstor García, Codina, entre otros, gestionaron una reunión para destrabar el tema el próximo lunes.
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