Diputados y empleados de la Legislatura provincial se enfrentaron fuertemente a los representantes de la Asociación Provincial de Empleados Legislativos. Es que el gremio judicializó dos resoluciones que harían peligrar la estabilidad laboral de unos 60 trabajadores. Reproches, pases de factura y hasta algún desafío de llegar a las manos fueron parte de la escandalosa escena que ocupó buena parte de la mañana de ayer la planta baja del parlamento, destinada habitualmente a la exposición de muestras de arte. Pero el cuadro de ayer fue inusual.
Los empleados enrolados en el gremio se reunieron primero en asamblea para discutir la presentación ante la justicia de dos resoluciones con nombramientos de empleados. La presentación, argumentan, se realizó porque algunas de estas designaciones reservaban cargos de alta categoría para personal político. Fundamentalmente estas recriminaciones eran para el secretario habilitado, Guillermo Martoccia, y la secretaria legislativaPaula Mingo. Mientras los alineados con la APEL se reunían a puertas cerradas en una de las salas de comisión, un numeroso grupo de empleados cuya estabilidad laboral depende de las resoluciones cuestionadas se agrupó en el hall y comenzó un reclamo con aplausos.
El ex diputado y actual empleado Mario Negrette fue uno de los primeros en circular donde estaba la protesta y recibió fuertes críticas. Viejos empleados que respaldaban a sus compañeros de trabajo cuyos puestos peligran, le reprochaban cómo habiendo sido sindicalista podía respaldar una medida que deje gente en la calle. Otros lo desafiaban a que explique mediante qué concurso había quedado en la planta de personal legislativo. Y todos lo repudiaban.
A la protesta se sumó personal de mayor antigüedad, que compartía el criterio de que la medida presentada a la justicia implicaba una “injusticia”. A esta altura Martoccia se defendió asegurando que estas resoluciones habían sido acordadas con el gremio y diputados de diferentes bloques, pero los representantes de la APEL respondían que su firma no estaba en la resolución. “Esto no es lo que acordamos”, le recriminó reiteradas veces Martoccia a Ángel Sierra, secretario general del sindicato.
La mayoría de los empleados cuyos puestos peligran exigían una explicación y sostenían que había diferencias respecto a otro personal, también incorporado a planta en el último tiempo y que no se veían afectados por la disposición del gremio, mientras que otros tantos veían peligrar su estabilidad laboral, en algunos casos por segunda vez.
Bajá el dedito
Diputados de distintos bloques también se unieron al grupo y pese a tener fuertes diferencias políticas entre sí esta vez coincidieron en pedirle a la APEL que desista de la medida. Los peronistas Mariana Ripa y Juan Carlos Arzán, la vecinalista Marisol Codina y el radical Carlos Díaz cuestionaron a los sindicalistas a la par de los empleados afectados por la presentación. Algunos protagonizaron discusiones enérgicas y nerviosas, mientras que otros estuvieron al límite de la agresión física.
Sierra hablaba a viva voz y señalaba al diputado Díaz, a escasos centímetros, casi tocándole el pecho. Díaz lo desafió: “Conmigo bajá el dedito, que somos grandes los dos. O si querés arreglamos esto de otro modo” lo provocó, para luego murmurarle “¿tenés miedo? Mirá como estás temblando”.
El diputado Arzán se cruzó fuerte con el ex legislador y sindicalista, Mario Negrette. A viva voz primero y ante la prensa después, cuestionó que Negrette “fue diputado y fue sindicalista, entró acá y hoy no defiende a los trabajadores. Eso es rarísimo. Esto no es hacer las cosas bien”.
Arzán lamentó “ver que un sindicato está en contra de los propios trabajadores, es nunca visto” y fundamentó su acompañamiento a los trabajadores: “Esto me parece de muy mal gusto y es la primera vez que lo veo en una conducción de un sindicato”. El legislador le pidió un sinceramiento a la APEL: “Me gustaría que expliquen cómo entraron ellos años atrás, si pasaron un concurso o los dejó algún diputado que estaba en funciones”.
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